Agosto arranca con un ritual que late fuerte en los pueblos del norte y se extiende por toda la Argentina: el homenaje a la Pachamama, nuestra Madre Tierra. Esta tradición ancestral, heredada de culturas originarias como los pueblos quechua, aymara y mapuche, nos conecta con lo más profundo de nuestras raíces y nos invita a agradecer por todo lo que la Tierra nos da 🙏🏽.
Cada 1° de agosto, se le da de “comer” a la tierra: se cava un pequeño pozo donde se colocan alimentos, hojas de coca, chicha, vino, tabaco y otros elementos que representan abundancia. Es un gesto simbólico y sagrado para pedir protección y cosechas generosas, pero también para honrar el equilibrio con la naturaleza 💚. En muchas provincias, se acompaña con música, sahumerios y danzas que hacen vibrar el alma.
El ritual no es solo del pasado: hoy se vive con orgullo y emoción en todo el pais. Escuelas, organizaciones y familias enteras se suman a esta ceremonia que fortalece el vínculo comunitario y nos enseña a cuidar el planeta. Sí, es una fiesta, pero también un acto de conciencia 🌱.
Más allá de lo espiritual, la celebración de la Pachamama refleja un profundo amor por nuestras raíces y la identidad latinoamericana. Nos recuerda que somos parte de un todo: la tierra, el agua, el aire, los animales y nosotros. Y que vivir en armonía no es solo un deseo… es una necesidad urgente 🌤️.
Así que este agosto, animate a agradecerle a la Pachamama. Ya sea con una ofrenda, una caminata consciente o simplemente poniendo las manos en la tierra. Porque honrar nuestras tradiciones también es sembrar futuro 🌺.