Investigadores del CONICET, junto a la Universidad Nacional de Mar del Plata, dieron un paso gigante con el proyecto internacional BrewSelBar 🚀. Consiguieron un financiamiento europeo de prestigio (Horizonte 2024 – Marie Skłodowska-Curie) para transformar el bagazo cervecero en un bioestimulante que mejore la tolerancia de la cebada al estrés climático y, de yapa, genere cervezas con propiedades beneficiosas para la salud.
El proyecto se basa en reutilizar residuos de la industria cervecera ♻️. Ese subproducto, que suele terminar como alimento animal o incluso desecho contaminante, será enriquecido con selenio, un micronutriente clave para el sistema inmunológico humano. Así, se busca lograr granos de cebada más resistentes y con valor nutricional agregado.
La innovación no es solo agrícola: también apunta a la mesa 🍽️. Con esta cebada biofortificada se producirán, en una primera etapa, cervezas funcionales sin alcohol, pensadas como bebidas con aporte saludable. Un ejemplo de cómo la ciencia argentina puede unir producción, salud y sustentabilidad en un mismo vaso.
El consorcio reúne instituciones de Argentina y Europa, entre ellas el IIB CONICET‐UNMdP, la cervecería Antares, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Técnica de Berlín y la de Dinamarca, además de empresas semilleras y de biotecnología 🤝. Una red internacional que refuerza el impacto del proyecto en varios frentes.
Con BrewSelBar, Argentina se posiciona a la vanguardia en agroindustria sostenible, innovación científica y economía circular 🌍. Una noticia que entusiasma tanto a productores como a consumidores, con la promesa de una agricultura más resiliente y cervezas que sumen salud sin perder sabor.