Por Ignacio Cortés
🐚 Lo que comenzó hace semanas frente a Mar del Plata con un fenómeno impredecible de millones de argentinos hipnotizados por imágenes en vivo del abismo marino, ahora se trasladó a Uruguay y repite el furor. El buque Falkor Too del Schmidt Ocean Institute (SOI) volvió a transmitir en impactantes imágenes 4K desde las profundidades, mostrando criaturas insólitas como una estrella de mar que camina y la primera raya Bathyraja meridionalis registrada en la región. La repercusión confirma que la ciencia en tiempo real puede convertirse en un espectáculo masivo y en un llamado de atención sobre la riqueza aún desconocida de nuestro Atlántico Sur.
⭐ Una de las imágenes más recordadas de la expedición científica en nuestro país fue el de la estrella de mar “culona”, lo que generó una gran cantidad de memes y repercusión en las redes sociales. Ahora, del otro lado del Río de la Plata, otra estrella de mar vuelve a ser lo más comentado: esta vez en las imágenes se pudo percibir un nuevo ejemplar “ambulante”, filmado mientras se desplazaba lentamente sobre el lecho marino a más de 1.000 metros de profundidad. El video, transmitido en vivo, se convirtió en un símbolo de la campaña: un recordatorio de que el océano profundo aún guarda formas de vida sorprendentes y poco conocidas.
🦈 Otro hito fue la identificación de una raya Bathyraja meridionalis, una especie nunca antes registrada en aguas uruguayas. Además de ella, en los primeros días de investigación, las cámaras captaron tiburones, rayas, corales de aguas frías, cangrejos ermitaños y ofiuras, revelando un ecosistema diverso y saludable en cañones submarinos casi inexplorados. A su vez, a 975 metros de profundidad, los científicos hicieron un particular hallazgo entre la arena: un sachet de leche marca Conaprole, popular en tierras uruguayas. Un nuevo recordatorio de lo dañino que puede llegar a ser el comportamiento individual en todo el ecosistema oceánico.
📡 El secreto del éxito está en el formato: el ROV SuBastian, un robot submarino operado a distancia desde la superficie, transmite imágenes de calidad cinematográfica y permite que el público las disfrute en tiempo real. Más de un millón y medio de personas ya se engancharon con el stream, transformando una expedición científica en un evento cultural masivo. Incluso se sumó la música: el uruguayo Alejandro Balbis participa con intervenciones artísticas, combinando ciencia y arte en las profundidades del mundo.
🚢 La campaña, que se extenderá hasta el 19 de septiembre, busca mapear cañones submarinos, recolectar muestras geológicas y biológicas y hasta localizar un barco hundido en 1995. Además, ofrece datos clave para comparar con hallazgos recientes en el Mar Argentino, donde el mismo buque registró corales y fauna abisal a casi 4.000 metros de profundidad. Con cada inmersión, el Atlántico profundo muestra que no es un desierto oscuro sino un reservorio de biodiversidad y maravillas. Como resume uno de los investigadores a bordo: “Estamos viendo un mundo nuevo frente a nuestros ojos, y el streaming nos permite compartirlo con todos”.
🔬 Más allá de la fascinación colectiva que generan las imágenes del fondo del mar, la expedición Uruguay Sub200, y su antecedente en el Mar Argentino, dejan un mensaje contundente: explorar y comprender el océano requiere una inversión sostenida en ciencia y tecnología. Cada hallazgo —desde una estrella de mar que camina hasta nuevas especies registradas— no solo amplía el conocimiento, sino que aporta insumos vitales para la conservación, la soberanía y el desarrollo regional. En tiempos de recortes y dudas presupuestarias, el éxito de estas misiones demuestra que apostar a la ciencia no es un lujo: es una necesidad estratégica para el futuro.

