Antes de que el rugido del agua te deje sin aliento, el trayecto hacia el balcón de la Garganta del Diablo —en el Parque Nacional Iguazú— esconde un espectáculo silencioso y fascinante. 💚 Allí, entre la humedad constante y la luz intensa del sol misionero, podés encontrarte con tres especies únicas del país: el Moncholo del Iguazú, la Tortuga herradura y el Vencejo de cascada.
🐟 El Moncholo del Iguazú vive solo en esta región del río y es parte de un ecosistema acuático en permanente movimiento. Junto a él, la Tortuga herradura —experta en aguas que fluyen sin parar— nada entre rocas basálticas y sedimentos. Esta especie está catalogada como Vulnerable por la UICN, por lo que cada avistamiento es un privilegio y un recordatorio de lo importante que es cuidar su hábitat. 🌿
🕊️ En el aire, el Vencejo de cascada despliega su vuelo ágil entre la bruma de los saltos, anidando detrás de las cortinas de agua. Es una especie endémica, lo que significa que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Este microclima especial del Iguazú —con alta insolación y humedad constante— crea las condiciones perfectas para su supervivencia. 🌞
🌎 Estas tres especies forman parte de las llamadas Especies Vertebradas de Valor Especial (EVVE) del Parque Nacional Iguazú. Su presencia es un indicador de equilibrio ecológico y de la riqueza biológica que caracteriza a esta maravilla natural. 🌺
🙌 Cuidarlas está en nuestras manos: no alimentes a los peces, no arrojes monedas ni basura al agua, y disfrutá observando a las tortugas en libertad. Cada gesto cuenta para preservar este rincón único del planeta. 💚

